No debemos olvidar que el equilibrio de la tierra es fruto del equilibrio y evolución de los diferentes ecosistemas a lo largo de millones de años. El ser humano también modifica el entorno y su acción ha sido mucho más devastadora provocando alteraciones y deteriorando el planeta significativamente. El perjuicio del ser humano sobre el planeta se encuentra en tres cuestiones básicas:
1.- El constante crecimiento de la población mundial. La especie humana no cuenta con un
depredador que la mantenga equilibrada. Además, los avances técnicos y médicos han
favorecido el aumento constante de la población conocido como explosión demográfica.
2.- El agotamiento de los recursos como consecuencia del aumento de población y de la calidad de vida. El ser humano ha ido abusando de los recursos naturales sin tener en cuenta su agotamiento, lo que ha provocado el empobrecimiento del suelo, la desaparición de bosques y especies, y la reducción de sus reservas hidrográficas.
3.- La contaminación es el mayor impacto del ser humano sobre el planeta. Al aumentar su
Producción también produce más deshechos que envenenan el aire, el suelo, el agua y, a la
vez, perjudican nuestra salud. Por todo ello, la acción humana ha provocado la ruptura del
Equilibrio natural y, con ello, la destrucción de muchos hábitats naturales y consecuentemente
la degradación de nuestro planeta.
Contaminación
La civilización humana actual está basada en la producción y la actividad industrial. Como consecuencia de este desarrollo se acumulan grandes cantidades de desechos y sustancias químicas que son vertidas a la biosfera, ya sean al aire, al agua o al suelo, constituyendo la contaminación del planeta una de las asignaturas pendientes con las que tiene que enfrentarse la humanidad.
Aire
Las sustancias que contaminan nuestro aire son: los humos, ciertos gases y los metales
pesados. La mayoría de los humos contaminantes provienen de la combustión del carbón el
petróleo o el gas natural utilizados en las industrias. Entre los gases de estas combustiones se
libera:
- Dióxido de carbono, en cantidades excesivas, provocando el efecto invernadero que impide que los rayos infrarrojos sean reflejados hacia el espacio.
- Óxidos de azufre y de nitrógeno, que al reaccionar con el vapor de agua atmosférico, caen en forma de lluvia ácida, provocando la contaminación de bosques y ríos.
Agua.
La contaminación del agua tiene lugar con el vertido de sustancias, como son los
productos químicos industriales, los fertilizantes y los plaguicidas. Otro gran foco de la
contaminación del agua lo forman las aguas residuales urbanas, una gran parte de las cuales
son vertidas a ríos o litorales sin haber sido depuradas previamente.
Suelo. La contaminación del suelo se produce por el uso de fertilizantes inorgánicos y de
productos fitosanitarios. Éstos últimos son sustancias químicas llamadas también plaguicidas,
que se usan para combatir hongos (fungicidas), insectos (insecticidas) o malas hierbas
(herbicidas) que invaden los cultivos.
El estudio ha sintetizado datos globales del impacto humano en diversos ecosistemas marinos, como los arrecifes de coral, las plataformas continentales y las profundidades del océano. Investigaciones anteriores habían analizado ya el efecto de actividades aisladas o los daños en ecosistemas concretos, pero no a escala global. Ahora, los científicos disponen de una Herramienta con la que conocer la influencia total de las actividades humanas en este entorno.
Según señalan los investigadores, dirigidos por el científico del NCEAS, Ben Halpern, estos resultados demuestran que la situación es mucho peor de lo que cabría esperar y que, en demasiados casos, la magnitud del problema es inquietantemente grande.
Por eso resulta esencial este mapa que, afirman los científicos, puede servir como modelo para el asesoramiento acerca de estos impactos a escalas locales y regionales. El mensaje para los gobiernos y equipos políticos es claro: son necesarias acciones de preservación en muchos lugares de todo el planeta.
Las zonas marinas más fuertemente afectadas incluyen amplias áreas del mar del Norte, de los océanos del sur y el este de China, del Mar Caribe, de los océanos de la costa este y norte de América, del mar Mediterráneo, del mar Rojo, del Golfo Pérsico, del mar de Bering y de diversas áreas del Pacífico occidental.
Ecosistemas en peligro
Las zonas menos afectadas se encuentran mayoritariamente cerca de los polos de la Tierra, y también a lo largo de la costa norte de Australia, y en pequeñas y dispersas localizaciones a lo largo de las costas de Sudamérica, África, Indonesia y el Pacífico Tropical.
Desafortunadamente, según los científicos, a medida que el hielo polar desaparece como consecuencia del cambio climático y las actividades humanas se extienden también a estas áreas, aumenta el riesgo de una rápida degradación de estos ecosistemas que aún se conservan casi en su estado original.
La influencia humana sobre el océano varía asimismo de un ecosistema a otros. Los más dañados son los arrecifes de coral, los lechos marinos, los manglares, los arrecifes rocosos y las montañas marinas. Los ecosistemas menos afectados están en áreas de mar abierto y de fondo suave.
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